23/mar/2012
Esta imagen, que ha circulado en Facebook últimamente, corresponde a las vías del metro de la Ciudad de México tomada unas horas después del terremoto de 7.4 grados en las escala de Richter que azotó al Valle de México el pasado 20 de marzo.
¿Es real? ¿De verdad se pueden deformar de tal modo las vías? La respuesta es sí y la explicación tiene que ver con las características del suelo de la Ciudad de México y de una buena dosis de física y de historia.
Todos los que vivieron el terremoto del 19 de septiembre de 1985 en el Distrito Federal sabrán bien de los daños que puede provocar un movimiento telúrico de gran magnitud.
El temblor de 8.2 grados en escala de Richter de aquel fatídico jueves, seguido de una intensa réplica de 7.3 grados al siguiente día, provocó la caída de cientos de edificios en la capital del país.
Jorge Flores Valdés, investigador emérito del IFUNAM dedicado desde hace más de 25 años al estudio de los sismos, vivió el suceso como ciudadano y también como científico.
“Cayeron casi 500 edificios, la mayoría entre 7 y 12 pisos de altura y construidos de manera similar. Pero lo más interesante es que todos los edificios que se colapsaron, sin excepción, estaban construidos sobre lo que era el antiguo lago de Tenochtitlan”, explica.
Y continúa: “En las partes de montañas que rodean al lago o de terrenos más o menos duros no se cayó nada. Casi ni se rompieron los vidrios”.
Después del sismo del 85 vinieron muchos más, aunque no tan intensos. Y todos, hasta el más reciente, han seguido el mismo patrón, es decir, tienen mayor impacto en la zona centro de la ciudad de México que en el resto del Valle.
DERECHOS DE AUTOR: http://www.fisica.unam.mx/noticias_fisicatemblor2012.php
La invisibilidad invisible
7/feb/2012
El experimento, que consistió en el desarrollo de un metamaterial (sí, una especie de capa) que puede ocultar un objeto tridimensional en su estado natural, atrajo la atención de medios de comunicación de distintas partes del mundo.
Mientras que en algunos medios se leían titulares como: “Objeto tridimensional hecho invisible por primera vez” (Sci Tech) u “Ocultar un objeto 3D desde todos los ángulos: comprobado” (BBC), en otros, la noticia fue reportada con más entusiasmo. Tanto en periódicos como en medios electrónicos circularon titulares como “La invisibilidad ya es posible” (El Mundo) o “Crean capa de invisibilidad”, acompañado de una imagen que muestra a un ser humano con la mitad del cuerpo desaparecido (El Universal).
¿Hay diferencia? Sí, y de palabras: unos titulares incluyen el objeto tridimensional y otros no. ¿Importa? Sí. Al no mencionarlo, se queda en una estela de misterio la atractiva idea de que la invisibilidad es posible. Con eso, más la foto del hombre invisible, el lector promedio no tendría problemas para pensar que el fenómeno, tal y como lo hemos visto en las películas hollywoodenses, es real.
Y… ¿lo es? le preguntamos al investigador Alejandro Reyes Esqueda, especialista en estado sólido, del IFUNAM.
“En realidad, no”, responde. “Nuestro ojo sólo es capaz de percibir en un rango de lo que es el espectro electro-magnético, esto es, el ojo humano solo percibe lo que llamamos luz. Este rango, llamado rango visible, va de los 400 a los 700 nanómetros. En el estudio reportado en los medios se explica que, por primera vez, se puede volver invisible a un objeto 3D, pero en el rango de las micro-ondas, esto es, en un rango que es invisible al ojo humano, el cual va de los milímetros a los metros, es decir, que estamos hablando más bien de ondas de radio”.
Sin embargo, continúa Reyes Esqueda, este rango es visible a ciertos dispositivos, para los cuales el metamaterial desarrollado ocultaría un objeto 3D desde todos los ángulos. Por lo tanto, aunque aún no se logra volver invisible a un objeto ante el ojo humano, este resultado puede tener muchas aplicaciones tecnológicas.
Ahora bien, este logro fue obtenido por el uso de metamateriales, los cuales son un tipo de materiales que no existe de manera natural sino que es diseñado artificialmente por el ser humano usando poderosas herramientas matemáticas.
Muchos grupos en el mundo, incluyendo algunos dentro del IFUNAM, trabajan en el diseño de metamateriales capaces de volver invisible desde todos los ángulos a un objeto 3D pero en el rango de luz visible.
Así que en el futuro, no será difícil lograr lo que hasta ahora solo ocurre en la ciencia ficción: lograr la invisibilidad visible. Pero, ojo, en el futuro, en el futuro distante.
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